En un manuscrito de ficción, los conflictos o contradicciones suelen surgir debido a falta de experiencia en estructuración y consistencia narrativa.
Estos son los principales que debes evitar:
1. Conflictos internos de los personajes y falta de motivación clara: El personaje actúa sin que sus motivaciones queden justificadas.
Contradicciones de personalidad: Un personaje tiene características o comportamientos que no concuerdan con lo previamente establecido.
Resoluciones abruptas: Problemas internos se solucionan de forma
irrealista o sin un desarrollo lógico.
3. Conflictos externos mal desarrollados
Villanos poco convincentes: Antagonistas con motivaciones débiles o sin propósito definido.
Obstáculos inverosímiles: Dificultades que no tienen sentido en el contexto de la historia.
Falta de tensión: Los conflictos no generan interés o no afectan realmente a la trama.
6. Contradicciones en la trama
Inconsistencias temporales: Problemas con la cronología, como acciones que ocurren fuera de orden o períodos de tiempo mal calculados.
Errores de lógica: Hechos que se contradicen o no tienen explicación razonable dentro del universo del libro.
Subtramas abandonadas: Historias secundarias que se introducen pero no se desarrollan ni se cierran.
10. Problemas de construcción y detalle del mundo en el que se desarrolla la historia.
Reglas del universo poco claras: Si se trata de un mundo ficticio, puede haber inconsistencias en las normas que lo rigen.
Contradicciones culturales o históricas: Elementos del escenario que no encajan con la época, cultura o contexto.
Problemas temáticos poco investigados.
Incoherencia en el mensaje: El tema principal de la obra se diluye o cambia sin razón aparente.
Perspectivas contradictorias: El narrador o los personajes expresan ideas que no concuerdan con el mensaje global de la historia.
Errores estilísticos
Tonos discordantes: Cambios abruptos en el estilo o tono que desconciertan al lector.
Lenguaje inconsistente: Uso de vocabulario que no corresponde a los personajes, contexto o género.
Soluciónes:
Escribe y pule, escribe y pule. Es útil crear un plan antes de comenzar a escribir y enfatizar en la investigación profunda de lo que escribes. Una buena práctica es revisar y comparar las versiones iniciales del manuscrito para identificar problemas de coherencia. Además, contar con lectores beta o editores puede ser invaluable para detectar contradicciones o inconsistencias.
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