Las razones más frecuentes por las que las mujeres se cohiben de escribir manuscritos (y los hombres no)
- Ada Torres
- Mar 17
- 3 min read
El mundo de la escritura ha sido, a través de la historia, un terreno particularmente difícil de conquistar para las mujeres. Algunas de las muchas razones son:
Falta de reconocimiento y oportunidades: A través de la historia muchas escritoras han publicado bajo seudónimos masculinos para ser tomadas en serio (como J.K. Rowling, George Sand o las hermanas Brontë).
Censura y deslegitimación: Las voces femeninas son minimizadas considerándose “menos serias” o “frívolas” en comparación con la literatura masculina.
Prejuicio en la industria editorial: Aún hoy, los libros escritos por mujeres tienden a ser etiquetados como “literatura femenina”, lo que puede limitar su alcance y reconocimiento.
Apesar de que hoy día hay más oportunidades que nunca, muchas escritoras todavía se enfrentan a barreras internas y externas a la hora de escribir y publicar sus manuscritos. Mientras tanto, los hombres, en general, parecen lanzarse con mayor facilidad al proceso creativo y a la exposición pública de sus obras. ¿Por qué sucede esto? Primero, debes saber que no estas sola. Aquí te contamos algunas de las razones más frecuentes.

1. El síndrome del impostor y la autocrítica excesiva
Muchas mujeres experimentan el síndrome del impostor, o sea, la sensación de que no son lo suficientemente buenas o que no tienen la autoridad para escribir sobre ciertos temas. Se someten a una autoevaluación rigurosa, dudan de sus propias palabras y, en muchos casos, nunca llegan a terminar un manuscrito porque sienten que nunca será lo suficientemente bueno. En cambio, los hombres suelen asumir que su voz es válida y digna de ser escuchada, incluso cuando tienen menos experiencia o no dominan el tema del que escriben. Recuerda este dato la próxima vez que dudes de tu trabajo.
2. Expectativas sociales y falta de tiempo
Las mujeres, especialmente aquellas que tienen familias o múltiples responsabilidades, a menudo encuentran difícil dedicar tiempo a la escritura. Las normas sociales aún les asignan muchas responsabilidades domésticas y de cuidado, lo que les deja poco margen para proyectos creativos. Muchos hombres, en cambio, se sienten con más derecho a reclamar su tiempo para escribir sin culpa o justificación. Aquí la solución es priorizar este tiempo de escritura que sacas para ti.
3. Miedo a la crítica y a la exposición pública
Las escritoras a menudo enfrentan una mayor exposición a la crítica y al escrutinio. La historia ha demostrado que las opiniones de las mujeres, especialmente cuando son contundentes o desafiantes, tienden a generar más reacciones negativas. Esto hace que muchas autoras prefieran mantener su trabajo en privado o postergar su publicación indefinidamente, pero recuerda: si tu voz no se escucha, no aporta nada, ni a ti misma ni a tu entorno.
4. Falta de referentes femeninos
Aunque cada vez hay más escritoras reconocidas, todavía existen menos modelos a seguir que alienten a las mujeres a lanzarse a la escritura sin miedo. La literatura clásica y la academia han estado dominadas por nombres masculinos, lo que puede hacer que una escritora dude de si hay espacio para su voz.
5. Condicionamiento cultural sobre el éxito y la ambición
Desde pequeñas, muchas mujeres son educadas para ser modestas y prudentes, mientras que a los hombres se les anima a ser ambiciosos y arriesgados. Esto hace que muchas escritoras duden de su derecho a aspirar al éxito o a ver su escritura como una carrera legítima. En contraste, los hombres suelen sentirse más cómodos viendo su trabajo como algo que merece reconocimiento.
¿Cómo superar estas barreras?
Si bien estos desafíos son reales, también hay formas de combatirlos:
Aprende, poco a poco, a escribir sin miedo y sin autocensura. Estás sola con el papel o la computadora. Eres libre. Vacía ahí lo que quieras.
Crea redes de apoyo con otras escritoras (hay muchas en las redes y presenciales en Puerto Rico y el Caribe).
Reclama el tiempo para escribir sin culpa.
Visibiliza y lee a más autoras para generar referentes.
Acepta que la perfección no existe y que casi todo manuscrito tiene potencial.
El mundo necesita más historias escritas por mujeres. Es hora de que más autoras se den permiso de ocupar su espacio y alzar la voz sin miedo. Queremos leer tu voz.
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